jueves, 20 de septiembre de 2007

Papel papel

Buen día.
A bien de mitigar las ansias de mi cónyuge de encontrar algún texto mío publicado trataré de combinar unas cuantas palabras que presenten alguna idea; si es posible, lógica.
Por lo tanto me voy a buscar mi cuaderno. Escribo mejor en papel y, de ser posible con lápiz o pluma.
Alguna vez escuché a Alejandro Dolina diciendo que no se puede escribir poesía sin tachones y yo agregaría (si él me lo permitiese) que no se puede iniciar un relato si no se lo toca en el papel.
Para iniciar un texto, la primera idea debe escribirse con borrones o tachones. Si hacen falta llamadas, flechitas y anotaciones entre los renglones o en los márgenes hay esperanza de resultado legible.
Claro que es ideal contar con un diccionario a mano, si es de sinónimos, mejor.
Yo amo los mamotretos grandotes en los que las palabras se buscan con el dedo tanto como con los ojos.
Por supuesto que no niego la practicidad de escribir en una computadora pero cuando se trata de emociones, sensaciones, delirios, inventos, y –a riesgo de sonar atrevida- literatura, el texto debe pasar un período en papel. Casi como un bautismo.
Las ideas anotadas en cualquier papelucho que se estiran en un papel mayor producen el placer de desperezarse. Por más que busque fuentes que simulen la letra manuscrita no logro esa sensación por lo tanto volveré por aquí cuando traiga algo que transcribir de mi cuadernito.
Hasta pronto (espero).