martes, 30 de octubre de 2007

Gym

A causa de una fea (muy fea) lesión lumbar originada por vaya uno a saber qué, mis días -desde hace unos meses- transcurren entre fármacos de diversos tamaños, formas, colores y olores y horas de rehabilitación.

Esto por supuesto pone a prueba el temple de cualquiera y destroza los bolsillos. Por lo tanto me esfuerzo mucho por mantener “la moral en alto”.

En esta línea actitudinal (si no es una expresión correcta me gustaría saberlo) contesté al mensaje de un amigo que preguntaba por mi estado (porque una de las cosas que me ayudan a mantener la cordura es el apoyo de mucha gente a través de sus muestras de aprecio y preocupación), le contesté, decía, que seguía con los “fierros”. Trató de alentarme sugiriendo que siguiera y quedaría hecha una Barbie. Ja!. Si hacen una Barbie con mis proporciones en un par de siglos los arqueólogos hablarían del período en que regresó el ideal estético del Renacimiento.

Más allá de los motivos, el hecho de frecuentar gimnasios y permanecer en ellos largas horas, me ha hecho descubrir un nuevo espectro de gente o, al menos, un nuevo espectro de facetas de la gente.

Si les interesan mis descubrimientos vengan por aquí de vez en cuando ya que tengo la intensión de exponer mis hallazgos.

Por ahora me voy a preparar un conjuntito sport.