domingo, 21 de febrero de 2010

Vacaciones

El año estuvo intenso.
Claro que en pleno siglo XXI esto es una obviedad pero la idea es personalizar la sensación. Para mí, el 2009 estuvo intenso. No sólo a nivel laboral, área en la que vivo la intensidad hace años, sino a nivel personal.
No es tan fácil transitar el año en que una niña termina la escuela primaria, se prepara para ingresar a una de las escuelas más exigentes de la ciudad, estudia teatro, danza, compite en las olimpíadas matemáticas y mantiene una activa vida social. Si todo esto lo hace con éxito cualquier madre babea de orgullo en la cama, único lugar en el anhela estar para evitar caerse del cansancio. Es que los padres pasamos a ser los choferes y/o asistentes multiservicio para apoyar tanta actividad.
Sumemos a estos un par de nanas de madre, suegro y propias y el cóctel está listo. No hay ginseng que alcance.
Claro que un marido recargado de trabajo y adicto a internet puede ser un condimento potenciador.
En definitiva el año transcurrió bastante agitado. Cansador para ser más precisa. Y decidí tomar vacaciones oyendo el relajante sonido del mar…