martes, 23 de noviembre de 2010

Momento

Después de una buena tarde en la mejor compañía me quedé sola.
(Si no contamos a una caniche que está en crisis de celos por una cachorrita de ovejero que se considera dueña de todo lo que está al alcance de sus dientes, puedo decir que me quedé sola.)
Contando con sandwiches calentitos, una copa de buen vino, una wii y frutillas maceradas en azúcar... ¿no envididan?